La mayoría de las personas piensan en la Antártida como un lugar frio, inóspito, lejano de todo y que no pasa de ser un bloque de hielo que jamás pensaron en visitar.
Hay muchas verdades en esas creencias, ya que en promedio es el continente más frio, seco y ventoso. Cerca del 98% de la Antartida es hielo y fue el último continente en ser descubierto.
Debido a sus características, permaneció despoblado practicamente todo el siglo XIX, a pesar de haber sido descubierto en 1820.
Más allá de todas estas características que lo hacen un espacio ignorado y desconocido por la mayoría de la población mundial, la Antártida es, sin dudas, uno de los lugares más importantes para el funcionamiento del planeta.
Existen muchos mitos alrededor de este continente, que es importante derribar, a fin de entender por qué deberíamos dejar de ignorarlo y empezar a darle la relevancia que realmente tiene.
A diferencia de lo que se piensa, la Antártida no solo es mucho más que un “gran bloque de hielo” sino que posee una gran cantidad de tesoros imprescindibles para el planeta en que vivimos.
Una de las grandes funciones que cumple el continente helado es, nada más ni nada menos, que la de regular el clima de todos los rincones del planeta, siendo asimismo, el más permeable al cambio climático y por ende, el más afectado por los cambios que está sufriendo la Tierra.
Como ejemplo de la importancia de la Antártida, esta permite la existencia del desierto de Atacama en Chile. Es debido a su influencia, que este desierto es el más árido del planeta. Explicado básicamente, la corriente oceánica que sube por la costa de Chile se ve enfriada y esto evita las evaporaciones, haciendo que se reduzcan las precipitaciones y la nubosidad de la zona.
En marzo de 2015 se registró la mayor temperatura en el continente, llegando a 17,5 grados Celsius; cuatro días más tarde en el desierto de Atacama llovieron en solo veinticuatro horas la misma cantidad que en los catorce años anteriores, en ese lugar.
Por otro lado, todos los océanos del mundo están conectados entre sí, por lo que cualquier fenómeno que ocurra en la Antártida, podrá generar sequias, lluvias torrenciales, entre otros.
Por su gran extensión, el hielo antártico es la mayor reserva de agua dulce del planeta; siendo innecesario explicar las ventajas que eso tiene en la vida de los seres vivos que lo habitamos.
En cuanto a la flora y fauna del continente, se limita prácticamente a la franja costera, pero eso no hace que sea poco importante; por el contrario.
La vegetación existente en el lugar, se encuentra en las pocas zonas donde no hay hielo, siendo solamente hongos, algas, líquenes y musgo. Existen solo trescientas cincuenta especies y, claramente, no hay árboles.
En cuanto a los animales, muchos de ellos no tienen su residencia permanente allí, sino que llegan a la Antártida en su proceso de migración. Por ejemplo, de las cinco especies de pingüinos que existen en este continente, solo dos pasan todo el año.
En el continente helado podemos encontrar focas, ballenas, pingüinos, aves, peces y otro tipo de fauna como el Kril; siendo este último un Crustáceo diminuto pero extremadamente importante para la alimentación de los animales que habitan la Antártida y altamente comercializado hoy en día.
Datos sobre la Antártida y sus características hay infinitos. Podríamos hablar de cada uno de esos temas y extendernos largamente, porque este continente le ofrece al planeta mucho más de lo que creemos.
Hoy en día, el calentamiento global y sus consecuencias aceleradas hacen que se ponga en riesgo la continuidad de lugares como este, que son fundamentales en nuestra vida.
Seguiremos hablando de este continente que tanto tiene para dar, pero en principio, antes de saber más, es importante que comencemos por entender que vivimos en un planeta complejo, con interacciones inimaginables para los comunes que no somos profesionales de la ciencia y la naturaleza.
El primer paso para ser habitantes mínimamente comprometidos con el planeta, es entender que la Tierra no es solo lo que vemos o entendemos. Como el continente antártico, existen muchos otros lugares que, de otras formas, influyen en los fenómenos que se dan y construyen el mundo que habitamos y nos hemos dedicado a ignorarlos y creer que los cambios climáticos y otros problemas que nos azotan, son responsabilidad del clima porque “está loco”.
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