Veganos, vegetarianos, crudiveganos, ovolacto vegetarianos y muchos más. Distintas formas de elegir lo que se pone en el plato. Porque al final de cuentas y sea cuál sea la razón, fundamento o argumento, no es ni más ni menos que una elección de qué queremos comer. Pero por alguna extraña razón, lo que otros eligen para sus vidas, sigue siendo motivo de polémica.
El alimento es el combustible del cuerpo, una de las necesidades más básicas y primarias de los seres humanos. Sin embargo, también es una de las actividades más complejas que realizamos y tienen tantas aristas que sería imposible abarcarlas todas y ponernos de acuerdo universalmente.
La alimentación se ve determinada por muchos factores, desde los culturales hasta los económicos, pasando por cuestiones de salud, edad, entre muchos otros. Pero la globalización ha hecho que todos estos factores se mezclen y se influencien unos a otros.
Los alimentos han sido trasladados de un continente a otro, dando lugar a cambios importantes en las dietas habituales, acompañados de filosofías de vida y creencias espirituales y/o religiosas.
En esta mixtura de creencias, alimentos, religiones y más que se cruzan y combinan alrededor del mundo, nacieron infinidad de dietas y estilos de alimentación, con influencia de diversos “mundos”, dando paso a nuevas formas de ver y sentir el modo en que nos relacionamos con los alimentos.
Vegetariana, vegana, crudivegana, carnivora, macrobiótica, son solo algunos de los diversos tipos de dietas que existen en el mundo. Y cuando se emplea el término “dieta”, no debe entenderse como aquella rutina alimentaria en busca de un cuerpo delgado, sino el tipo de alimentación que elegimos.
Por desconocimiento o por falta de interés en el tema, se pone en la misma categoría a todos aquellos que comen “fuera de lo normal”, cuando, en realidad, existen grandes diferencias entre cada uno.
Para clarificar y comenzar a entender de qué se trata, veamos en qué consisten las formas más populares de alimentarse:
Vegetarianos: no consumen alimentos de origen animal. No consumen pollo, pescado, carne roja, grasa, ni ningun otro que implique la muerte del animal.
Dentro de los vegetarianos existen sub grupos, como los ovolacto-vegetarianos, que si incluyen en su dieta productos lacteos y huevos.
Algunas personas se consideran “pescetarianos”, pero es una categoría bastante discutida.
Veganos: además de las restricciones alimentarias de los vegetarianos, agregan la negativa a comer productos derivados de animales. Aunque no se llegue a la muerte alcanza con que el animal sea “explotado” para que no entre en la alimentación de este grupo (miel por ejemplo).
Crudiveganos: los alimentos ingeridos por este grupo de personas, no deben cocinarse a más de cuarenta y cinco grados, para que pierdan la menor cantidad de nutrientes posibles.
Macrobióticos: este tipo de dieta, de origen Japonés, tiene en cuenta el equilibrio del Ying Yang, para la elección de los alimentos. En este caso, no solo se presta atención a qué comemos, sino que aporta una serie de principios que rigen esas elecciones.
Existen muchas dietas y formas de elegir los alimentos que ingerimos. Los nombres cambian y los argumentos también; pero lo que no varía, es el hecho de que a la larga, estamos optando por qué queremos poner en el plato, para incorporar a nuestro organismo. Las elecciones de los demás, están influidas por razones culturales, religiosas, morales, ambientales y más. Preguntemos, informémonos, interactuemos para conocer más sobre las razones que llevan a elegir una u otra forma de alimentarse. Ser tolerantes alimenta…el alma.
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